domingo, 13 de junio de 2010

boceto para hombre en una botella

Se escoge al azar un ejemplar de la especie homo-sapiens, se lo retira de donde quiera que estos abunden y se lo mete en una casa. A esa casa se la amuebla, y se le agregan una cama, cocina y baño; convenientemente se le adosan las necesidades tecnológicas de la época y se lo intercomunica de manera remota con otros ejemplares de su especie o de alguna otra.
Una vez introducido el homosápiens, se toma la casa por el lado de afuera y se la deforma moldeándola suavemente hasta que la misma adquiera aspecto de botella. Puede agregársele corcho, aunque no es recomendable siempre, pues el homosápiens puede morir. En cambio sí es importante que el cuello de la casa-botella sea de compleja salida, de modo tal que el habitante desista rápidamente de los intentos de salirse.
Luego se le otorga un trabajo, y se disponen cuidadosamente los horarios, que el homosápiens respetará inmediatamente y a rajatabla. Finalmente pueden introducirse por el pico de la casa-botella algunos sillones o mecedoras y un televisor u otro artefacto ante el cual nuestro individuo se impresione y quede allí. Si en cualquiera de los pasos previos se fracasara, se deshecha el ejemplar y se recomienza el proceso con uno nuevo.
El último paso es muy sencillo: se convence al hombre embotellado de ser un genio. Una vez convencido el homosápiens –este paso no merece mayores explicaciones, el experimentador conoce ya miles de formas sencillísimas de lograr este efecto- se lo deja vivir en la botella todo el tiempo que se desee, y se lo hace salir frotando la misma para que, como todo genio, asista presuroso a intentar cumplir nuestros deseos.

5 comentarios:

Amaury Salas dijo...

Me ha gustado bastante.

Flor dijo...

clap clap clap clap...

la muzza ;)

Anónimo dijo...

vermú con papafritas y good show !

ElQuique dijo...

Excelente!!!!

Silencios y Tú dijo...

Soy nueva aquí, pero llevo siguiendote algún tiempo.

Simplemente gracias por escribir

muy real¡¡