viernes, 4 de noviembre de 2011

muerteveras

Yo me moría y a vos no te importaba. Entonces algo me hizo descubrir que mi estar muriendo era producido por tu no importar. Dejé de preocuparme por hacerte importar y mejoré. Tuve buenas saludes varias. Entonces vos te alegraste, pero a mí ya no me importó. Que es el morir con otro nombre.

martes, 21 de junio de 2011

variación oficialista

en el cielo vive néstor
con el campo los gorilas
y en el medio de mi pecho:
la presidenta, cristina!

sábado, 9 de abril de 2011

polleras en el líbano

un ojo chiquitito

siquiera para mirarte

un hombro desnudo

y tu sonrisa de saberte linda

una escalera

que te saque de la muerte

un espacio quieto

donde poder encontrarnos

una salida

para esta vida agobiante

o el bar de enfrente

para que me hables del destino


y yo te escucho

fuera ya del tiempo

lunes, 7 de marzo de 2011

.basta sombra

basta sombra
dejá de llamarme huérfano de destino
dejá de escupirme en la cara
terminala de una vez por todas
con ese chiste del paso del tiempo

basta sombra
terminá de enumerar todas mis miserias
dejá de gritarme que nunca me animo
no me muestres más la cara de angustia
la sangre en el ojo la muerte apremiante

basta sombra
haceme esquivar el juego de tus vastedades
permitime la sonrisa entre otros desatinos
poneme enfrente la lluvia y yo camino sin paraguas
sacame esta cárcel del cuerpo y sus oscilaciones

basta sombra
dejá de marchitar mis ideas
cortála con la rutina de ahogarme en cada esfuerzo
avisame cuando tu voz llegue a ese punto y coma
desde donde las verdades no se dicen en secreto

domingo, 13 de febrero de 2011

la marcha de leo masliah

En uno de los mundos, el himno oficial es el de Charly García, como se sabe; el billete de diez se llama Diego y tiene un gol de maradona; cosas así. En este mundo, la marcha peronista se le encomienda a un uruguayo, cosa no tan extraña si pensamos en el tango que le fue encargado a Gardel, que se llama Leo Masliah. La primera estrofa de la marcha peronista de este mundo dice así:

Del conjunto de individuos pertenecientes al partido más influyente del país, seguramente no la totalidad ya que esto sería muy difícil dadas ciertas internas partidarias nunca faltantes, pero sí una numerosa mayoría de sus jóvenes nos atendremos a alguna partida no sabemos aún muy bien de qué, pero sí sabemos que terminaremos la misma declarándonos vencedores y, del mismo modo en que ya se nos hizo costumbre, intentaremos vociferar, no al unísono (ya que por la cantidad de personas congregadas esto sería una empresa en la práctica imposible, al menos si estamos midiéndolo con una exactitud de segundos, décimas y milésimas de segundo) pero sí lo más cercano a la simultaneidad posible, un sostenido alarido que provenga de los ventrículos y aurículas del órgano encargado de motorizar el fluir de sangre por nuestros cuerpos, sin olvidar, por supuesto que el grito de allí surgido realice la parada correspondiente en los órganos de la fonación; de otro modo, sería un grito inaudible, o al menos su audición se reduciría a lo intraorgánico, y de este modo el corazón podría comunicarse con el organismo de cada uno de los presentes vía torrente sanguíneo pero no lograríamos la comunicación transindividual, para la cual nos hemos aunado y decidido compartir la empresa del vociferar compartido. Este grito rezaría del siguiente modo: es nuestro deseo que Perón permanezca con vida. En este sentido poco nos importaría la constatación empírica de la muerte del mismo, o incluso la condición de haberse sucedido la susodicha muerte en momentos anteriores o posteriores a nuestro canto comunitario, siendo en este último caso, el momento más paradojal de nuestro deseo: el de mantener con vida a alguien de quien ya conocemos de antemano la total inexistencia de funciones vitales. Y no nos importará, porque así son los deseos y las pretensiones políticas.

El verdadero engorro de la marcha peronista en este mundo, es que Leo ha preferido imprimirle aires de música clásica que pasean por un pianito que él toca, tímido y cabizbajo, entre la muchés. Dumbre.

viernes, 21 de enero de 2011

soneto a don corcho (quique- elisa- juampi)

en memoria de don corcho es que escribimos
estos versos que su muerte disimulan:
las heridas de su alma ya supuran,
y es un cacho de amor lo que sentimos

si la cana lo mató, eso no lo vimos,
aunque todos los vecinos lo aseguran
y según esas versiones que circulan
nosotros sus huesitos nos comimos

¿quién limpia el pis ahora nos dijimos?
lo pusimo' en un frasquito y lo vendimos,
pero todos los vecinos aseguran

que no pudo ser vendido con premura.
lo cierto es que unos pesos nos hicimos
y a todos los vecinos los jodimos.

lunes, 11 de octubre de 2010

variación

cultivo una rosa blanca
en túnez con un sombrero
para el amigo de Piero
que me da su mano manca

mas para aquél que me arranca
el corazón, se hace el vivo:
cardos ortibas cultivo,
cultivo una rosa blanca