sábado, 6 de octubre de 2007

PARA ACERCARSE AL BAMBINISMO

tenga siempre en cuenta sus pasos fallidos, revíselos y ríase de ellos, no se avergüence... porque la vergüenza suele ser aquello con lo que se cubren las verdaderas acciones que salieron mal... y verdaderas acciones, como buenos vinos, no son cosas que uno tenga a mano todos los días.
sepa que el bambinismo es un acto fallido, no es un lugar tangible, no tiene espacio ni tiempo... el bambinismo no es, no existe; ¿acaso es mejor aplicar a la realidad, ese quiosquero dándonos el vuelto exacto, esta cuenta de gas vencida, la erudición o el profesionalismo supuesto por rendir 36 exámenes, el luchar por la verdad siempre que sea rentable?
el bambinismo toma del zapatismo una hermosa definición: “...sólo sirve como sirven los puentes/ para cruzar de un lado a otro/...Cada quien tiene su uno y otro lado./ No hay recetas, líneas, estrategias, tácticas/ leyes, reglamentos o consignas universales./ Sólo hay un anhelo: construir un mundo mejor/ es decir, nuevo.”
no olvide el divorcio que nos han/hemos impuesto entre las palabras y la realidad. consiga sus propias palabras e intente acercarlas lo más posible a la realidad (es decir, a esos innumerables mundos por donde nuestro coro subjetivo se desliza no sin esfuerzo). deléitese al observar cómo las palabras acarician las cosas, las acunan. eyacule sus palabras al mundo, intente preñar el mundo de palabras (para esta acción, claro, también valen los gestos, el baile y la música). no olvide caminar descalzo sobre el pasto.
siéntase a sí-mismo. no con el autoerotismo de bueyes y sus gorgojeantes lengüetazos. siéntase rico y pobre, cansado y lleno de vida. asegúrese de no estar preocupado por estar sintiendo lo correcto. no intente comprender las cosas reduciéndolas a categorías lógicas entendibles, busque la conexión afectiva con las cosas. en palabras de john keats: “si un gorrión se posa junto a mi ventana, tomo parte de su existencia y picoteo en el suelo...” confúndase con las cosas, no tema a ser llamado “borderline”, prefiera autodenominarse “piantado” (que no sólo es más autóctono, sino también más correcto... puesto que el piantado es alguien “ido”... de ciertas estructuras. anímese a sentir esa sensación de no estar del todo de la que nos habla el gran cortázar). dado el vacío, la angustia, el intersticio desde el cual usted se siente no del todo adentro, anímese a confundirse con ese vacío, tírese a una pileta sin pedir permiso. no tape esto o aquello con la ideología, el “escritor comprometido”, el “revolucionario correcto”, el “hombre galante” (ya se estará viendo por qué el bambinismo no es un ismo).
déjese sentir. habrá quienes lo sientan blando, habrá quienes lo sientan duro. no se preocupe por el qué, recuerde que esto se trata tan sólo de un puente y que uno toma los puentes de la misma forma en que acepta las leyes o se come una salchicha: sin preguntarse cómo están hechos.
siempre será adecuado un cierto brillo en los ojos. en caso de ser usted una dama y querer deleitarnos con una sonrisa, sepa que no hay para nosotros nada más pasible de admiración que la belleza. el bambinismo no es una técnica, no es una ideología, el bambinismo no tiene mensaje. el bambinismo es una estética, y se es bambi porque a uno le gusta.
si quiere ser un bambi a la usanza de los bambis originales: sienta pasión por lo berreta, encandílese con películas clase B (recomiendo “los payasos asesinos del espacio exterior”), comprenda que lo grasa es también otro de los intersticios por donde se cuela la luz. intente imaginar que el cielo nocturno es un telón que nos ponen para hacernos dormir y que las estrellas son pinchazos de ese enormísimo telar que es el cielo... y entonces verá que hay luz del otro lado. ahora créalo. si realmente lo cree, nunca intentará demostrarlo.
usted puede abandonar estas cosas momentáneamente para ser alumno/ psicoanalista/ trabajador/ gran danés/ esposo; y así... pero no pierda la conciencia de ello. luego de descubrir cierta falla en ese enorme monstruito que es la cotidianeidad aprendida, ya no puede uno (o varios) volver a instalarse allí igual que antes.
no quiera ser coherente, no pretenda seguir ciertas normas, déjese llevar por el puente... el gran nietzche dijo que sólo los imbéciles no se contradecían tres veces al día. sienta que dentro suyo no hay algo que habla... hay cientos de bombeadores de su pobrecito corazón, y no siempre están de acuerdo... ahora el cronopio dice A, y en ese momento dice no A. ahora grita “viva la revolución” y se contesta “puaj... la dictadura del proletariado no es más que eso: una dictadura”, ahora satírico se dice: “vamos, che, vos porque siempre preferís las dictablandas”, de repente el molusco cronopio es un fama peinadito que dice: “a dormir ya, que mañana el bono de ioma a las ocho en punto”.
minusculice. las mayúsculas tienen la función del mandamiento “honrar padre y madre”... que todas las letras sean hermanas, que ellas solas se tomen de las manos. el sentido no se desliza en la cadena. el sentido es un desliz.
maneje sus victorias como derrotas y viceversa. olvídese de ese nuevo tirano autoimpuesto del éxito. sorpréndase cuando alguien le diga que estas cosas son fantasía o escapismo. ¿cambiar nuestra propia vida es un escapismo, el humor o la poesía lo son? ¿acaso sólo bajo una bandera común podemos encontrarnos?
nunca estará de más agregar ciertas palabras como seducción, puerta abierta, palabrita, cronopio, encuentro. tome al pensamiento, el arte, las salidas cómicas, la fotografía, no como un recreo de la vida... recuerde a deleuze en la literatura y la vida. no se detenga para pensar, porque pensar es moverse, y cantar también; y sentir ni te cuento porque ya es un terreno más movedizo que la misma montaña rusa.
seguramente usted ya habrá comprendido cierta contradicción esencial que se ve reflejada en todo este escrito. es muy sencillo, usted está descubriendo la trampa.
este párrafo es sólo para despistarlo a usted y darle más tiempo para que descubra la trampa por sí mismo si es que aún no lo ha hecho. en este párrafo se le presentará a usted frases que no cuajan con el sentido de lo anterior: “bambinismo o muerte”... “un bambi lo es todos los días”... “se lleva en la sangre”... “lealtad al bambi”.todo fue un engaño: no hay reglas para acercarse al bambinismo; no hay bambinismo, no hay puente. ¿se acuerda aquello de se hace camino al andar? el bambinismo es un puente intransferible. si usted no estuvo ahí, no tiene nada que hacer. usted, además, no quiere ser un bambi... no quisiera serlo; no sabe qué demonios es este delirio grupal llamado bambinismo. nosotros construimos esto, no sabemos definirlo. sabemos qué fue lo que nos empezó a pasar y es lo que intentamos contar. no existe el puente del bambinismo, o por lo menos no preexistía a nuestro camino. nos lanzamos a caminarlo/crearlo. hicimos un cocktail (que es de por sí el tipo de cosas que nos gusta hacer). mezclamos mucho de esto narrado supra, con mucho interés en jugar, con la admiración a la femineidad y con algunos referentes. le pusimos a eso un poco de nietzche, de freud y lacan, de castoriadis, de deleuze, de foucault, de cada una de las princesas que nos roban por un ratito el corazón con sus miradas profundas (y ahí te quiero ver), de subcomandante marcos, de boris vian, de fontanarrosa, de los enormísimos cronopios que hemos conocido en este tiempo, de herman hesse, de vallejo (que nos aportó la parte más melancólica, por aquello del vacío... no sin olvidar los tangos de julio sosa), de john keats, de bertrand rusell, de caparrós, y del más enorme y verde y húmedo de los cronopios: un tal julio. nos dimos una vuelta al día en sus ochenta mundos y descubrimos que nosotros también tenemos varios mundos simultáneos por donde viajamos. a toda esta mezcla usted le aporta las trivialidades y berreteadas con que se conecte cotidianamente, mezcla todo en una de esas multiprocesadoras que el neo-neo-neo-capitalismo nos ha regalado (¿no era vendido?), le quita todo lo que quede de comisarios del biendecir, de las legalidades del cómo portarse. le quita las formalidades y ése es el cocktail bambi que nos hemos servido a gusto. si usted quiere, anda su camino... y se hace su propio cócktail; no sin olvidar la rodaja de limón adosada al borde del vaso que siempre queda tan bonita... no sin olvidar convidarnos un trago. por si nos gusta, por si nos encontramos. por si su bebida nos pega como pegan algunos de los vinitos de los que hablábamos al principio. ¡salud!